Donde se manifestó más notoriamente el criterio reformista dentro del campo administrativo fue la creación de las Intendencias, cuyo fundamento se apartaba completamente de las viejas concepciones españolas, acercándose, en cambio, a los criterios de Francia que fue la maestra inspiradora del sistema, establecido ya en España desde 1718.

Su instalación se debió sobre todo a los informes de algunos funcionarios coloniales, así como a los de diversos viajeros que venían a estudiar, muy a la manera ilustrada, la flora y fauna y otros aspectos geográficos, o el funcionamiento político y económico de la administración, así como el desenvolvimiento de la cultura, la educación y la convivencia humana. El informe decisivo en este sentido fue el de los dos curiosos personajes Jorge Juan y Antonio Ulloa, enviados por el propio Soberano, quienes debían responder a las preocupaciones del gobierno en muchos de los asuntos anotados. El libro, publicado subrepticiamente, sin autorización de la Corona, como “Noticias Secretas de América”, originó en gran parte las medidas reformistas de Carlos III.

En 1782, el Rey estableció para las Indias el régimen de Intendencias. Con él se pretendió, lograr la uniformidad de la administración. El Intendente sustituiría en todas partes a los Gobernadores, Adelantados y Corregidores, desempeñando todas sus antiguas atribuciones, además de las nuevas, puesto que su jurisdicción abarcaría todas las ramas imaginables.

Así, en materia de gobierno, se encargarían del aspecto policial, del fomento de obras públicas y del cumplimiento de las leyes.

En el ramo de Hacienda, se harían responsables de la prosperidad económica como representantes de la Superintendencia General, debiendo por lo tanto percibir los impuestos y los ingresos públicos, fomentando al mismo tiempo las actividades económicas. Caerían también bajo sus esferas de acción el mantenimiento de las tropas, los sistemas de defensa y acuartelamiento militares.

El gran impulsor de estos instrumentos de gobierno fue José de Gálvez, que ocupó la Secretaría de Indias durante 12 años. En 1782 inauguro el sistema de las Intendencias en el Virreinato del Plata el Virrey José de Vértiz, dividiendo los territorios del Virreinato en ocho Intendencias: Buenos Aires, Córdoba, Salta, Asunción, Charcas, La Paz, Potosí y Santa Cruz-Cochabamba.
En el caso de Charcas, las Intendencias funcionaron un poco más tarde, como consecuencia de las sublevaciones indígenas de 1780-82, que no habrían permitido todavía un ensayo de esta naturaleza, en general, puede afirmarse que las Intendencias del territorio de Charcas gozaron de funcionarios de primera calidad.

Las tierras altas de Charcas, situadas entre los dos Virreinatos, sirvieron de nexo relacionador entre los intereses creados de Lima y Buenos Aires, tan fuertes rivales en toda la política comercial del siglo XVIII. La antigua audiencia no perdió sus contactos portuarios y comerciales con el Pacifico, pero su mayor actividad económica se dirigió al puerto de Buenos Aires.

Los comerciantes porteños, por otra parte, rápidamente se interesaron en las producciones mineras de Potosí, Oruro y otros puntos, instalados a su vez mercados y almacenes en las Provincias Altas.