Bajo la administración del Dr. Bautista Saavedra, por decreto Supremo de 24 de mayo de 1924, fue declarado el “6 DE JUNIO”, “DÍA DEL MESTRO BOLIVIANO”, haciendo un justo homenaje a todos los maestros de Bolivia.

Es la fecha en que el gobierno liberal de general y Doctor, Don Ismael Montes, creó la primera Escuela Normal de Maestros en el país; la cual, como homenaje al primer centenario del grito libertario dado en Chuquisaca, la instaló allí en la cuidad capital de la Republica.

En aquel entonces, cooperaba como ministro de Educación al presidente Montes, el Dr. Daniel Sánchez Bustamante, quien angustiado por renovar los sistemas educativos, que hasta esta fecha seguían bajo el mismo empirismo de la Colonia, donde el ideal era instruir en vez de educar, teniendo como única meta, enseñar a leer y escribir y algunos rudimentos de aritmética. La escuela era la parroquia y el maestro era el párroco.

Europa, desde fines del siglo XIX, buscaba la educación integral, y por este tiempo, se estaba operando un movimiento revolucionario de las concepciones pedagógicas, métodos y sistemas de enseñanza a la luz de la Psicología Infantil, indistintamente con los nombres de “Educación Nueva” o “Escuela Activa”, pero para poder ponerse a tono con ese movimiento, había que buscar al maestro nuevo o al maestro activo. Había que formarlo.



Fue entonces, que viajó a Europa el ministro Sánchez Bustamante en pos de una Misión Pedagógica, que viniese a reestructurar la escuela Boliviana, comenzando por la formación del profesorado básico o primario; y he aquí, que peregrinando de un país a potro, en busca de la mejor, llegó hasta Bruselas, capital de Bélgica, donde se operaba uno de los mas grandes ensayos renovadores de Educación, alrededor de la sabia figura del Dr. Ovidio Decroly y otros pedagogos que daban luces al viejo continente, sobre el conocimiento psicológico de niños anormales y del “sincretismo o función de globalización” infantil en la aprehensión de los conocimientos.

Allí encontró al joven y distinguido pedagogo, Dr. George Rouma, muy recomendado por sus superiores, quien fue contratado con otros eminentes profesores, que conjuntamente con destacados maestros chilenos y nacionales, fundaron la Escuela Normal de Sucre y comenzaron a trabajar con un selecto núcleo de alumnos, que posteriormente, vinieron a se el primer continente de normalistas egresados. A esa pléyade, corresponden Enrique Finot, Vicente Donoso Tórrez, Ángel Chávez Ruiz, Saturnino Rodrigo, los hermanos Alfredo y Heriberto Guillén Pinto y otros que no recordamos por el momento. Ellos fueron diseminados por las principales ciudades de la Republica, para crear Escuelas Modelos y Experimentales de los métodos pedagógicos en boga y luego distribuidos al campo para que funden las primeras Escuelas Normales Rurales y éstas a su vez, formen el magisterio para la campiña, bebiendo de la misma fuente de renovación de la alma-mater de Chuquisaca.