EL IMPERIO DE PATIÑO
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En el proceso de concentración de la producción, Simón I. Patiño jugó un papel importante comprando los intereses del irlandés John Minchin en 1910 (la compañía Minera de Uncía), los británicos Penny y Duncan y la Compañía Minera El Balcón (también de capitales británicos) para constituir la Empresa Minera Huanuni en 1911.
Esta adquisición concluía un proceso de compra de acciones de la Compañía Llallagua hincado en 1914 por medio de la firma británica Duncan Fox y luego por medio del Banco Anglo Sud Americano. Sin duda la compra de la compañía Estañífera de Llallagua-la principal productora de estaño- y el posterior establecimiento de la Patiño Mines en EE.UU. son dos hitos en el desarrollo de la minería estannífera y del capitalismo boliviano. Patiño fue el único capitalista boliviano (y uno de los pocos de los países periféricos) que logró formar una verdadera transnacional (con intereses en cuatro continentes y más de cinco países) partiendo de su propio país. Por ende, vale la pena considerar brevemente algunas de las causas explican su ascenso. Para entender la creación del “Imperio” hay que considerar no sólo las características del medio en el que se desenvolvió, ni las del mercado del estaño, sino también al mismo, Patiño como hombre de negocios. La consolidación y expansión inicial de los intereses de Patiño deben verse en el contexto de la inestabilidad política, el subdesarrollo económico y el aislamiento geográfico de Bolivia que dificultó el ingreso de inversionistas extranjeros y dio a Patiño una valiosa independencia inicial. Esta independencia fue reforzada por la extraordinaria riqueza de La Salvadora. En cuanto al mercado del estaño: (i) la concentración de su producción y consumo en pocos países y que su mercado estuviera centralizado en Londres, permitía controlarlo fácilmente, y (ii) el constante ascenso en el precio y en el consumo durante las primeras tres décadas revela la bonanza de la industria estannífera y el potencial que ofrecía para el crecimiento paralelo de las empresas en esa actividad. Sin embargo, concordamos con Herbert S. Klein que sin la “extraordinaria destreza y previsión administrativa” y la temprana e intensa inversión en “expertos e ingenieros y administradores extranjeros, en la mejor maquinaria moderna y en costoso sistemas de transporte…[Patiño] jamás habría llegado a crear la riqueza que creó.” Finalmente, la decisión de establecer Patiño Mines en EE.UU: refleja la intuición del empresario de la importancia que tomaría ese país, y la necesidad de estar cerca de los principales centros financieros y bursátiles para el futuro crecimiento de su imperio.
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