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03 noviembre 2011 a las 16h01 por fanlorengirl -
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(:title El Problema Limítrofe Del Perú Parte 2:)


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El juicio arbitral

Cuando el gobierno argentino acepto el arbitraje, las partes contendiente eligieron a sus abogados. Bolivia estuvo representado por don Heliodoro Villason y don Bautista Saavedra. El Perú por don Víctor Maúrtua y don Guillermo Riva Agüero.

Cada parte presento al arbitro una copiosa documentación. La de Bolivia constava de seis gruesos volúmenes de editados en la Argentina. A ello se agrego otros documentos adicionales.

La sentencia del presidente argentino, José Figueroa Alcorta, fue pronunciada el 9 de julio de 1909, pocos días antes, el gobierno de Bolivia tubo conocimientos que la misma no se dictaría conforme a los títulos ni a la posesión de echo, sino solo de acuerdo a la equidad. Por ello, gestiono que entes de que se lo emitiese, el juez ordenara una inspección del terreno para comprobar por lo menos las jurisdicciones efectivas de las partes. Pero el arbitro denegó la petición.

Lamentablemente, antes de la lectura oficial del laudo que se llevo a cabo a las 16 horas de ese día 9 de julio, el texto del mismo fue publicado por los diarios matutinos de Bueno Aires y lima. A causa de ello, nuestro ministro en la republica Argentina, don José Maria Escalier, de acuerdo a instrucciones de su gobierno, no concurrió a la ceremonia de lectura y entrega de la sentencia arbitral.

De todos modos, cabe destacar que el doctor Escalier, en un informe de labores enviado desde Montevideo a la chancillería boliviana, en fecha 2 de agosto de 1909, comunico que en gestión personal efectuada poco tiempo antes de dictarse el fallo, se havia obtenido que el arbitro reconociese la soberania boliviana en la bahía y de “una apreciable zona al accidente y la mayor parte de los ríos Tahuamanu y Manuripi”

El gobierno nacional quedo muy disgustado con el laudo desde que lo conoció, por considerar que se había excediendo de los limites del pacto compromiso de 1902, ya que no se asentaba ni en títulos ni en posesiones de hecho, quedando comprometidas tierras que Bolivia consideraba incuestionablemente suyas en el tambopata, Madre de Dios y Acre.

Con el fin de hacer conocer el resultado del laudo, el presidente don Ismael Montes, envio una circular cablegráfica a los prefectos de departamentos, señalando que el mismo era perjudicial para el país, y que por tanto, no asistiría ni a los festejos del centenario del 16 de julio de 1809, por haber sido dictada la sentencia, “en términos que importan una desgracia nacional”.

La circular telegráfica era reservada, pero el prefecto de Chuquisaca, don Valentín Abecia, la hizo publica, lo que provocó que el pueblo de Sucre se soliviante y efectue una gran marcha que culmino frente al consulado Argentino. Posteriormente, en La Paz hubo grabes amenazas de pedrea a las misiones diplomáticas argentinas y peruanas. En otros departamentos también se protesto violentamente contra el laudo.

Mientras tanto, nuestro ministro plenipotenciario en Bueno Aires, doctor Escalier, havia cursado una nota oficial al gobierno argentino, con fecha 20 de julio del mismo año, donde se hacia observaciones al laudo y se le comunicaba que seria remetido al congreso nacional para su estudio y consideración.

En respuesta, el gobierno de Figueroa Alcorta, muy molesto por los violentos actos suscitados en Bolivia, intimo a nuestro ministro plenipotenciario en Buenos Aires, doctor Escalier, a desocupar el territorio argentino en el termino de solo24 horas. Bolivia decidió hacer otro tanto con el ministro argentino en La Paz y, de este modo, quedaron rotas las relaciones diplomáticas entre los dos Estados.

La situación se complico con la manifestación de la chancillería peruana de que el rechazo del laudo implicaría un estado de guerra entre los dos Estados. Consecuente con ello, el gobierno del presidente Leguía efectuó trasladados de tropas, concentrando en Puno unos cuatro mil hombres, además corto a Bolivia el trafico por Mollendo y dio instrucciones para que los barcos que hacían tracito en el lago Titicaca, no desembarcaran mercancía en Guaqui.

Tratado Sánchez Bustamante – Polo

Comprendiendo el Perú que efectivamente el arbitraje le entregaba posesiones bolivianas que nunca las ocupo, decidió entrar en acuerdos directos con nuestro país, en base a eso sí, al reconocimiento de la vigencia del laudo.

De este modo se llego al tratado Sánchez Bustamante – Polo de 17 de septiembre de 1909, por el cual se restituía a Bolivia unas trescientas leguas cuadradas respecto a la línea arbitral, juntamente con la barraca Chivé, Illampu, Illimani y Santa Elena. Pero algunas posesiones bolivianas quedaron definitivamente bajo el dominio peruano. Como las barracas de Palma Real, San Lorenzo y Abaroa. Los trabajos para demarcar definitivamente la frontera al norte del lago Titicaca fueron iniciados y concluidos casi en su totalidad en 1911, año en que se colocaron 26 hitos.

Pese al tratado, en 1910 hubo choques de patrullas en el río Manuripi; uno de ellos en el Fortín San Lorenzo y el otro. Mas grave todavía, en el sector denominado Guayabal, el día 19 de noviembre. Esta situación apresuro la firma del protocolo de límites de 30 de marzo de 1911. (Leguía Martinez – Fernández Alonso), que establecía una comisión mixta demarcadora y determinaba así mismo, que en caso de sobrevivir desacuerdos en esta comisión, se llevaría el caso al Tribunal Permanente de arbitraje de la Haya.

La frontera sur

Bolivia y Perú había suscrito en tratado de fronteras el 23 de septiembre de 1902. En el se acordó que una comisión mixta delimitaría la frontera desde el río Suches hasta el extremo norte de las ocupaciones Chilenas.

El tratado determino asimismo, que el trazado de Líneas de Tacna y Arica con la región boliviana de Carangas, serian revisadas después de que esas provincias retornasen a la soberanía peruana.

Tiempo después, mediante el protocolo de 2 de julio de 1925, se aprobó el estatuto de la comisión mixta de límites boliviano – peruana, y se dividió la frontera del sur en 3 secciones para su mejor estudio. La primera sección comprendía desde el arroyo pachasili, confluente del río Suches, hasta la bahía de Coccahuí. La segunda desde esa bahía atravesando el lago Titicaca y la península de Copacabana, hasta la naciente del río desaguadero. Y la tercera desde este naciente hasta la confluencia del río Maure con el río Ancomarca.

En cuanto a la frontera con Tacna, pese a que dicha provincia retorno al Perú en 1929, no se ha podido determinarla todavía. El Perú alega que debe reconocerse la frontera que Bolivia aceptó en el tratado de Paz y Amistad con Chile. Pero nuestro país considera que dicho tratado fue impuesto por la fuerza y que el arreglo de fronteras en esa zona debía enmarcarse en el mencionado tratado de fronteras de 1902.

El lago Titicaca

Como el protocolo de 2 de julio de 1925 no se havia echo referencias al dominio de las aguas del lago Titicaca, tanto Bolivia como Perú se consideraban libres de utilizarlas según su propia convivencia. De este modo surgieron varios estudios sobre el aprovechamiento de aguas para generación de electricidad e irrigación de grandes extensiones de terrenos infértiles.

De los citados estudios, tres son los mas importantes. Primeramente, el del profesor peruano Emilio guarini, quien sostenia que “del lago Titicaca podría obtenerse mas energía que del famoso Niágara norteamericano”. Su proyecto consistía en derribar 100 metros cúbicos se agua de agua del mismo lago hasta la costa peruana; el segundo tenia origen Chileno. Consistía en desviar aguas del lago para obtener 180.000 KW de energía son propósito industrial y la irrigación de las Pampas del Tamarugal.

El tercero fue la elaborado por la empresa minera Mauricio Hochschild, y tenia como propósito, obtener 300.000 KW de energia para la explotación de la mina “Matilde” y para la implantación de una refinería de Zinc en Viacha. El estudio no tenia apoyo estatal y se sustentaba esencial mente en intereses mineros privados.

Estos proyectos unilaterales de utilización de aguas solo sirvieron para que surja una fuerte desconfianza entre Bolivia y el Perú respecto al lago Titicaca. Ello determino que las chancillerías de los dos países intercambiasen notas Reversales en fechas 20 de abril de 1955 para crear una comisión mixta encargada del estudio y aprovechamiento conjunto de las aguas del lago.

La comisión mixta evacuo un informe que dio como resultado la subscripción de la convención Preliminar de los cancilleres Walter Guevara y David Aguilar, donde se ratificaron las recomendaciones de la comisión mixta, en especial, la de atender deferentemente el financiamiento de estudios para el “el aprovechamiento común” recurriendo si es necesario a organismos internacionales.

Poco después los presidente Víctor Paz Estensoro y Manuel Odría sonsagraban el condominio de las aguas mediante la declaración Conjunta de 30 de julio de 1955, donde manifestaron que “En lo que respecta a las aguas del lago Titicaca para fines industriales o de otras índoles, ambos gobiernos declaraban que por tener un condominio indivisible sobre las mismas, solo podrían ser utilizadas opr acuerdo expreso de las dos partes”.

Aunque la declaración conjunta presidencial de 1955 bastaba para comprometer, en principio, a los dos estados; para ser ley interna se requería un tratado adecuadamente ratificado por los dos congresos. Por ello, en el Convenio para el Estudio Preliminar del Aprovechamiento de las Aguas del Lago Tititcaca, suscrito en 1957, se remarco que “el plan definido para el estudio económico preliminar del aprovechamiento común” de las aguas se convenía “en virtud del condominio indivisible y exclusivo que ambos países ejercen sobre la mismas”.
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