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En el siglo XVIII fue construido este templo en el pueblo de Laja, donde se fundó por primera vez la ciudad de La Paz.

Aunque las provisiones dictadas por Pedro de la Gasca no era lo suficientemente explicitas para la cuidad de nuestra señora de La Paz, de lo que se trataba sin duda era de crear un centro que sirviera de punto de comunicaciones entre Cuzco y Potosí cuyas minas fueros descubiertas 3 años antes (1545) El nombre escogido para la nueva cuidad quería conmemorar la pacificación del Perú.

El 20 de octubre de 1548, el capitán Alonso de Mendosa y una veintena de españoles que pelearon en las filas del pacificador, procedieron a la fundación de un lugar situado en pleno altiplano, Laja. En menos de dos días los fundadores se dieron cuenta que el lugar no era en absoluto el apropiado para cobijar a una población y, sin pensarlo dos veces, decidieron trasladarlo al cercano valle de chuquiabo. Algo se havia ganado en el traslado. Aunque la población hubiera quedado un tanto alejada del camino directo entre Cuzco Y Potosí.

Los vecinos tampoco estuvieron esta ves muy conformes con el nuevo sitio e hicieron intentos para un nuevo traslado. Uno de ellos dijo que en La Paz “vivir es morir”, y pensaron en trasladarlo en un lugar cercano al lago titicaca, como Yunguyo. Pero entonces prevaleció la voluntad de Mendoza entre los miembros del cabildo y la ciudad permaneció en el valle de Chuquiabo.