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Gonzalo Aguilar Dávalos
La independencia de la jurisdicción de lo que fue la Audiencia de Charcas respecto a la corona española, no significo cambios importantes para los indígenas: éstos continuaron siendo tributarios, peones sin salario o colonos y en muchos casos, como en las tierras bajas, simplemente se los considero como “bárbaros” o “salvajes” y en el mejor de los casos “neófitos”.
Pero no sólo se consideró al indígena como una persona de categoría inferior sino también que fue objeto de acciones para su eliminación física. Sin embargo ella no fue total y sistemática, reduciéndose a regiones conflictivas donde la presencia de los “no civilizados”, impedía la ocupación de espacios geográficos para aprovechar sus recursos y/o las tierras, ampliando así la frontera agropecuaria. Esa situación de exterminio se da en el noroeste, durante la época del auge de la goma (1870-1900), así como también en el sureste, cuando el estado boliviano con sus tropas militares al mando del Gral. Ramón González, aplasta la rebeldía guaraní en Kuruyuqui (1892), dejando un saldo oficial de 2.742 muertos y más de 2.000 cautivos que fueron repartidos como “botín de guerra” a las Misiones Católicas de la orden de los Franciscanos y a familias de Sucre, Padilla y Azero.
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