¡Salve España! De rancios cronicones, si la sangre a tus campos enrojece cegando a tus verdugos resplandece al sol de Zaragoza en tus prisiones.
La América a tus ansias obedece, Azotando la mar a tus pendones, Seguida de un rebaño de leones, La vida le diste te la ofrece…
Los volcanes escupen su anatema, Y el pampero huracán que se levanta, Al verde caído de dolor blasfema.
Mientras la tempestad besa tu planta Y los astros te ciñen su diadema, De pie sobre los Andes, Dios te canta.
Colón De: Daniel Arias Arguez
Calla está la noche; los navegantes velan; transido por las penas encuéntrase Colón; tristisíma plegarias a las alturas vuelan prosigue de las hondas el repetido son.
Pilotos y marinos que sufren y recelan al genovés insultan con su igual tesón: lanzar bajo las olas a su almirante anhelan, volver hacia las playas donde ruge el ibero león.
De pronto lanza gritos un viejo marinero, “Hay tierras, camaradas! Las costas miro allá”.
Y el espeso grito, ruidoso y mensajero, hoy truena en los espacios y siempre vivirá. Colón regresa osado a dar una orbe entero Y el viejo continente mil le da.