Madre del alma, madre querida, Son tus natales; quiero cantar Por que mi alma de amor henchida, Aunque muy joven, nunca se olvida De la vida me hubo de dar.
Pasan los años, vuelan las horas Que yo a tu lado me siento ir, Por tus caricias arrobadoras Y las miradas ten seductoras Que hacen mi pecho fuerte latir.
A Dios pido constantemente Para mi madre vida inmortal; Porque es muy grato, sobre la frente Sentir el roce de un beso ardiente Que de otra doca nunca es igual.
DESPEDIDA A MI MADRE Por: Gabriel de C. Valdez (Cubano)
Si la suerte fatal que me ha cabido, Y el triste fin de mi sangrienta historia Al salir de esta vida transitoria Deja tu corazón de muerte herido…
Basta de llanto, el ánimo afligido Recobre su quietud a tu memoria Y mi plácida lira a tu memoria Lanza en la tumba su postrer sonido.
Sonido, dulce, melodioso y santo, Glorioso, espiritual, puro y divino Inocente, espontáneo como el llanto.
Que vertiera al nacer: ya el cuello inclino! Ya de la religión me cubre el llanto! Adiós, mi madre!... El Peregrino.
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