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Mario Napoleón Pacheco Torrico
Economista. Coautor de medio siglo de minería mediana en Bolivia, 1939-1989 y de Bolivia: Economía y Sociedad, 1982-1985
INTRODUCCIÓN
El 24 de octubre de 1929, inesperadamente las cotizaciones en la Bolsa de Valores de Nueva Cork se hundieron, terminando una formidable ola especulativa que comenzó en 1927, simultáneamente, significó el comienzo de la Gran Depresión.
La crisis se difundió al resto del mundo debido a la importancia de los Estados Unidos en la economía mundial, habiéndose producido una contracción en las naciones industrializadas, que por su profundidad y extensión hacen de la crisis del 29, un acontecimiento excepcional en la historia del capitalismo.
Los efectos recesivos se extendieron hasta 1933; a partir de este año comenzó una débil y desigual recuperación interrumpida por la crisis de 1937-1938, que fue vencida por los prestos bélicos del mundo desarrollado los cuales inyectaron dinamismo a la retraída actividad económica mundial.
La transmisión de la crisis hacia países como Bolivia, se produjo por medio de la disminución de las importaciones de los países industrializados que deprimieron el consumo y los precios de los minerales y, por otra parte; a través de la crisis financiera internacional que determinó la suspensión del crédito externo y la salida de capitales del país hacia Estados Unidos, debido al cumplimiento en el servicio de la deuda externa.
La marcha de la sociedad boliviana en los años 30’, estuvo marcada por los efectos de la Gran Depresión. Asimismo, obligó a cambiar la orientación de la política económica, que del liberalismo transitó al intervencionalismo, adquiriendo un carácter más nítido en la década de 1940; iniciándose un proceso que cobró impuso definitivo a partir de 1952.
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