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Máscara del Achu. Personaje satírico de las tierras bajas. Archivo MUSEF.

En esta última década de siglo, la cuestión territorial es el principal motivador del movimiento.

La central de Cabildos Indígenales Moxeños formada en 1987, se reunió en un congreso el 10 de noviembre de 1989 para fundar la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB): Sus objetivos desde entonces son la defensa de los territorios indígenas, la cultura, la dignidad y las autoridades originarias.

La CPIB, en defensa de los derechos indígenas, dirigió la marcha por el “Territorio y la Dignidad”. Más de 800 personas de distintos pueblos de tierras bajas caminaron 600 km. hacia la sede del gobierno boliviano durante treinta cuatro días.

Esta marcha impuso la dictación de cuatro decretos supremos: el primero (D.S. 22609) que reconoce el territorio indígena de los Sirionó en el área de El Ibiato (Beni); el segundo (D.S. 22610) que reconoce al Parque Nacional Isiboro Sécure como territorio indígena de los pueblos Mojeño, Yuracaré y Chimane; el tercero (D.S. 22611), declara a la región de Caimanes (Bosque de Chimanes) como área indígena de los pueblos Chimane, Mojeño, Yuracaré y Movida; y el cuarto (D.S. 22612) que instruye la formación de una comisión redactora de un proyecto de Ley de los Pueblos Indígenas del Oriente y la Amazonia.

Posteriormente en 1992, el Estado Boliviano declara a la región Pilón Lajas como Reserva de la Biosfera y Territorio Indígena Mosetene-Chimane y reconoce territorios indígenas a los Araonas, Yuqui y Chiquitano. También ratifico el Convenio 169 de la OIT, incorporándolo como ley de la Republica No. 1257. Mediante ella se deber reconocer los territorios ocupados tradicionalmente por los pueblos indígenas y el derecho de estos a la utilización, administrativa y conservación de los recursos naturales que tienen