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Cecilia Atristaín V.

Licenciada en Historia UMSA. Miembro del instituto de estudios andinos y amazónicos (INDEAA).

Con sus pros y su contra, la Revolución Nacional constituye un hito trascendental en la historia de Bolivia: marca el final del “país” esencialmente neo-colonial y el no poco traumático alumbramiento de la Nación.

El proyecto político que enarbolaba el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) antes de 1952 supo recoger el espíritu y las consignas programáticas que se revelaban como más inminentes que se revelaban como más inminentes en el país. En los hechos, su base tradicional era la clase media urbana, lo alentaba un espíritu nacionalista y, por ende, la esencia del modelo a implantarse era la voluntad de conducir, en el marco del capitalismo de estado, a la democratización socio-política como base del desarrollo económico y la efectiva “independencia” nacional. Para ello precisaría el concurso de una burguesía nacional en vías de madurar, así como el apoyo del capital extranjero.

• La Revolución
• Nacionalización De Las Minas
• Reforma Agraria
• Crisis Y Desarrollo
• Asistencia Externa
• Petróleo
• Contradicciones Del Proyecto Democrático-Burgués
• Conclusión

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