Teatros
Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez
Construido durante el período presidencial del Mariscal Andrés de Santa Cruz, el Teatro Municipal “Alberto Saavedra Pérez” es sinónimo de cultura, arte y elegancia. Durante cientos de años, fue el escenario ideal para llevar adelante actividades protocolares y culturales, dignas de las esferas más altas de una sociedad que exigía espacios de difusión cultural.
Su construcción culminó el 18 de noviembre de 1845, durante la presidencia de José Ballivián Segurola. En ésta inauguración se estrena también el Himno Nacional y el nuevo Escudo de Bolivia. El acto presentó un concierto literario musical concurrido por los poderes públicos de la Nación y lo más selecto de la sociedad de aquel entonces.
El Teatro Municipal “Alberto Saavedra Pérez”, fue denominado así en memoria del comediógrafo paceño cuyos significativos aportes enriquecieron el arte boliviano. Inicialmente era un Teatro Nacional, pero al hacerse cargo de su conservación la Municipalidad de La Paz se le designó como “Municipal”.
Su proyectista fue el arquitecto José Núñez del Prado, el primer profesional de aquél género en el país. El estilo arquitectónico que ofrece el Teatro Municipal, es pionero en Sudamérica en el periodo republicano. El primer diseño del teatro, es una réplica que presenta un diseño semejante al de uno de los más importantes Teatros Venecianos de ese entonces. El arquitecto Núñez del Prado, también edificó el Palacio de Gobierno y la Universidad de San Francisco de Asís, en Sucre.
El Teatro Municipal “Alberto Saavedra Pérez” se constituye como el teatro más antiguo de Sud América y aún se conserva intacto en su interior, tomando en cuenta que en 1861 sufrió algunos cambios que le resultan pérdidas de gran valor. Su fachada fue remodelada en 1910 y posteriormente en 1961.
Teatro Municipal de Cámara
Es el más nuevo de todo el sistema de teatros municipales. Abierto al público en 1994, ocupa una parte del segundo piso del Teatro Municipal. Su capacidad es para 100 personas acomodadas de acuerdo con el requerimiento del espectáculo, pues cuenta con sillas móviles.
Dispone de un escenario con iluminación y sonido propio para puesta de teatro breve o de menor envergadura escenográfica al margen de las tertulias literarias.
Teatro Modesta Sanginés
Inaugurado el 22 de julio de 1974 en la planta baja de la Casa Municipal de Cultura, el Modesta Sanginés tiene una capacidad de 270 butacas, tres camerinos y una pequeña sala de ensayo.
El espacio está destinado a la representación de obras escénicas, espectáculos musicales, proyección de películas y conferencias. Dispone de un moderno sistema de luces y sonido.
Teatro al Aire Libre Jaime Laredo
Su inauguración coincidió con el congreso campesino de 1953 y desde entonces ha sido destinado a actividades masivas. Se trata de un escenario tradicional que albergó a los artistas más importantes del país y fuera de él. Su capacidad es para 8 mil personas.
Mercados Indígenas
El comercio es una tradición muy arraigada, en particular en la ciudad de La Paz. Los mercados son muestras permanentes de la producción agrícola de la región y de otras latitudes. Los "puestos" son un damero de colores y sus propietarias, generalmente "cholitas", son expertas comerciantes que, con un trato cordial y convincente, hacen que las personas siempre estén seguras de haber hecho un buen negocio.
Mercado de Brujas
Este singular mercado se halla en el casco viejo de la ciudad en medio de las calles coloniales Sagárnaga y Linares. Lleva ese nombre porque en él se expenden elementos curativos y tradicionales de la Cultura Callawaya.
La Calle Sagárnaga, muy cerca de la Iglesia de San Francisco, está plagada de puestos, tiendas y galerías artesanales, donde plata, lana y cuero se muestran en un arco iris de colores y en una gama inimaginable de diseños y prendas. Los aguayos son una muestra impresionante del dominio del color y la habilidad del diseño, los ponchos son otra muestra de la calidad de los tejidos y la sobriedad de sus colores. El trabajo en plata, peltre y cobre muestran la tradición minera del país y la habilidad de los artesanos para conservar diseños tradicionales o competir con la modernidad con objetos y diseños de vanguardia.
En la calle Linares se puede visitar el Mercado de Las Brujas donde tradicionalmente, durante años, se asientan varios vendedores de objetos y productos naturales que son empleados por los Curanderos de la cultura Kallawaya, "Yatiris" en Aymara, en sus diferentes ofrendas y ceremonias a la Pachamama (madre tierra) y a la infinidad de deidades místicas aymaras. Se pueden encontrar una serie de amuletos tradicionales para la suerte, fertilidad, matrimonio, negocios, etc.
Puente de las Ameritas
El Puente de las Américas, en La Paz, se constituye en una de las obras de ingeniería civil más importantes de los últimos 10 años en la urbe paceña. Este puente colgante, une las zonas de Sopocachi y Miraflores y se ha convertido en un paso significativo para el descongestionamiento vehicular del centro urbano y, de hecho, en un conector fundamental
Paseo el Prado
No hay mejor manera de recorrer la ciudad que a lo largo de las aceras arboladas de la avenida 16 de julio, la vía de mayor transito mas conocida como el Prado, que atraviesa la urbe y toma nombres diferentes en cada tramo de su recorrido. A su paso se suceden restaurantes, tiendas, antiguas residencias y numerosos museos con algunas de las mejores colecciones de arte e historia de Sudamérica. Cada domingo, la Avenida se adorna con el trasiego de las familias que acuden a disfrutar del paseo.
Variados y coloridos jardines adornan este paseo, haciendo agradable el transito por esta parte de la ciudad.
Miradores
Jach'a Apacheta
Ubicado en la cota más alta de La Paz en la zona de Munaypata, tiene una excepcional vista de la ciudad con el fondo del majestuoso Illimani.
El turista nacional o extranjero tiene la posibilidad de participar de rituales andinos con profundo sentido místico desde este mirador.
Laika Kota
En el centro de la ciudad en la zona de Santa Bárbara está el cerro de la Bruja (Laika = Bruja, Kota = cerro), desde donde se puede ver la zonas modernas de la ciudad. La vista es especialmente hermosa en la noche y es también un lugar de recreación y juegos para los niños.
El Montículo
El sitio más romántico en el tradicional barrio de la ciudad de La Paz. La fuente de Neptuno, hecho de mármol de carrara, es un bello atractivo en el centro de la plaza. Desde este lugar se pueden observar bellos atardeceres con el imponente Illimani teñido de mil colores.
Pampahasi
Situado al noreste en el barrio del mismo nombre es un mirador privilegiado para observar en su conjunto a toda la zona sur de la ciudad, con la monumental Muela del Diablo al fondo
Jacha Kullu
Situada en la ladera oeste de la ciudad en la zona de Villa Nuevo Potosí, el Jacha Kullu (el gran cerro, en idioma aymara) es una de las wakas (centro de rituales) más importante de la cultura andina.
Desde esta colina se tiene dominio pleno de la ciudad. En 1781 fue uno de los campamentos estratégicos de los seguidores de Tupac Katari, durante el cerco a La Paz.
Killi Killi
Ubicado en la populosa zona de Villa Pabón, el mirador de Killi Killi es la colina colindante con el cerro Calvario de a zona noreste de la ciudad. Este mirador adquirió fama en 1781 durante el sitio a La Paz y por la ocupación de las milicias obreras durante la revolución de abril de 1952.
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